El ancestral origen de los egipcios sorprende a los científicos

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Al igual que con otras muchas partes oscuras de la historia de la humanidad, es la ciencia la que finalmente hace luz en este asunto gracias al análisis del genoma humano presente en las momias del Antiguo Egipto, efectuado por un equipo internacional de investigadores que colaboraron en este proyecto con la Universidad de Tübingen y el Instituto Max Planck en Alemania. Algo que, en sí, se consideraba casi imposible, debido tanto a los productos utilizados en las técnicas de embalsamación, como a las condiciones climáticas de calor y humedad en las que se conservaban los cuerpos. Pero, a pesar de todos estos factores que dificultaban seriamente la labor, se ha conseguido extraer muestras de ADN mitocondrial de nada menos que 90 momias e incluso el genoma completo de otras 

Todo esto se hacía para no ver si los egipcios tienen ADN extraterrestre, sino para averiguar si era Egipto una especie de “Puerta de las culturas” de los dos continentes, que mantenía un poco aislada a la raza caucásica predominante en Europa, África del Norte, Asia Occidental y Central, probablemente hasta el sur de Asia. Y para ello compararon el ADN obtenido de las momias con el ADN de los egipcios actuales, para establecer las diferencias en la evolución de la raza y si el mestizaje resultante de los flujos migratorios habían dejado huella en el ADN alterado sus códigos genéticos.

El resultado de todo esto ha sido verdaderamente desconcertante… pues a pesar de los 5000 años de evolución que separan a los dos grupos de individuos examinados, no hay grandes diferencias en los ADN, lo que quiere decir que la población egipcia ha mantenido bastante su linaje, que solo muestra leves variaciones en los genes referentes a la ascendencia, que en las momias egipcias provienen de Oriente Próximo, mientras que los egipcios modernos se encuentran más emparentados con los subsaharianos.